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El esplendor del Teatro Nacional y su tributo a Broadway

El esplendor del Teatro Nacional y su tributo a Broadway

Desde pequeña, tuve la fortuna de crecer rodeada de teatros que exhibían películas musicales basadas en obras teatrales de Broadway. Vivía cerca de varios cines en la ciudad de Panamá, y eso me permitió caminar hasta salas emblemáticas como el Teatro Lux, el Bella Vista y el Metro. Fue allí donde descubrí el encanto del cine inspirado en Broadway, como “La novicia rebelde”, “West Side Story”, entre otras. Aquellas experiencias tempranas sembraron en mí una profunda admiración por el teatro musical, que sigue viva hasta hoy.

En la última semana de enero de 2025, esa pasión encontró un nuevo motivo de alegría: asistí a una extraordinaria puesta en escena titulada “Estas grandes canciones del teatro musical. El evento reunió a talentosos cantantes y bailarines que han participado en diversas adaptaciones teatrales presentadas en Panamá. La función tuvo lugar en el majestuoso Teatro Nacional, uno de los tesoros culturales más hermosos del Casco Antiguo.

El Teatro Nacional, con su arquitectura neoclásica y detalles ornamentales, es una joya que respira historia y elegancia. Sus cómodas butacas de terciopelo color vino y su imponente cortina de más de 50 pies, adornada con un lienzo que indica su inauguración en 1907, transportan a las y los asistentes a otra época. Ese día, un letrero en la entrada recordaba que la función comenzaría puntualmente. Al leerlo, apresuré el paso para terminar mi raspado multicolor comprado a un amable y carismático joven vendedor.

Ya en el teatro, me llevé una grata sorpresa al encontrarme con Thyrza Guerrero, una antigua colega de la Autoridad del Canal de Panamá. Hoy, Thyrza es dueña de la sala de teatro La Estación y coordina actividades teatrales en el Ministerio de Cultura. Entre abrazos y recuerdos, compartimos la emoción de volver a vivir una noche de teatro.

Mientras esperaba en el palco H de la segunda planta, la música de fondo me envolvía con melodías de icónicas obras de Broadway como Cats y La novicia rebelde. Esta ambientación contrastaba maravillosamente con las piezas que estaba por presenciar.

La gala comenzó con puntualidad, y desde el primer número quedó claro que esta no era una función cualquiera. El animador, Jossie Jiménez, condujo con energía una noche cargada de emociones, que incluyó una selección de canciones icónicas de musicales internacionales y nacionales:

  1. Chicago con “All That Jazz”, interpretado por 15 bailarines en una coreografía electrizante.
  2. La Bella y la Bestia, recordando su presentación en el Teatro Anayansi y el Teatro en Círculo.
  3. A Chorus Line, con una interpretación que robó el aliento.
  4. Jesucristo Superestrella, con tres piezas presentadas desde la perspectiva de Judas Iscariote, con Lisette Condassin y Jossie Jiménez.
  5. Los Miserables con “On My Own”, que despertó una ovación.
  6. Cabaret, con una potente presencia escénica.
  7. Mamma Mia con clásicos como “Money, Money”, “I Have a Dream” y “The Winner Takes It All”.
  8. Evita, que ha sido montada tres veces en Panamá, con la potente voz de Lisette Condassin.
  9. Funny Girl, aún sin haberse presentado en Panamá, fue homenajeada con la emblemática “Don’t Rain on My Parade”.
  10. Aladdin, con la conmovedora “A Whole New World”.
  11. Hoy no me puedo levantar, una obra basada en las canciones del grupo español Mecano.
  12. The Notebook, interpretada por Edu Simmons.
  13. West Side Story, con una energía que conquistó al público.

También hubo espacio para celebrar el talento panameño, con interpretaciones de obras escritas por autoras y autores nacionales como Daniel Gómez Nates con quien tuve el honor de recibir clases de actuación en el Teatro en Círculo circa 1996:

  1. Las más grande con la extraordinaria voz de Nilena Zisópulos 
  2. La  Lupe, la tirana, con la voz de  Odette Versailles.
  3. 1903: Bandera, una emotiva mirada a la historia nacional.
  4. Rabanes, una fusión de rock y teatro.
  5. Solo las estrellas bastarán, que provocó reflexiones profundas.
  6. Fantasmas, cargada de misticismo.
  7. Get on Your Feet, que cerró con energía contagiosa.

Algo que me llamó la atención fue la presencia de patrocinadores como EFG, Mercedes Benz y el Ministerio de Cultura, lo cual refleja un renovado compromiso con las artes escénicas en Panamá. Además, el programa de la función estaba disponible en formato digital, una señal de los nuevos tiempos, aunque confieso que extrañé la costumbre de guardar un programa impreso como recuerdo.

Esta experiencia teatral reafirma el vigor del teatro musical en Panamá, un arte que sigue creciendo y reuniendo generaciones. Como aquella niña que soñaba desde su butaca del Teatro Lux, hoy celebro que el escenario panameño siga brillando con talento local e internacional. Que nunca falten las luces, la música y las historias que nos hacen soñar. ¡Larga vida al teatro musical en Panamá!

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